El principal fiscal anticorrupción de Guatemala recibe asilo en EE.UU. | Noticias de corrupción
La decisión se tomó dos años después de que Juan Francisco Sandoval huyera de Guatemala en plena noche por temor a ser arrestado.
Al exjefe de la oficina anticorrupción de Guatemala se le concedió asilo en Estados Unidos, más de dos años después de verse obligado a huir de su país.
Juan Francisco Sandoval reconoció la decisión con un publicar en las redes sociales el jueves, diciendo que era una confirmación de las amenazas que había sufrido.
“Otorgarme asilo político es una prueba más de la persecución política de la que soy víctima”, escribió Sandoval.
Explicó que fue apuntado “por haber participado en la investigación de redes político-económicas ilícitas incorporadas en el Estado” en seis gestiones diferentes.
Sandoval se encuentra exiliado desde el 24 de julio de 2021, cuando huyó en las primeras horas de la mañana, cruzando la frontera de Guatemala con El Salvador.
Preocupado por su seguridad, el embajador sueco Hans Magnusson lo acompañó, al igual que periodistas y defensores de los derechos humanos.
Temían que lo arrestaran por cargos falsos. Apenas un día antes, en un giro abrupto de los acontecimientos, Sandoval había sido despedido como jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI).
La autoridad que solicitó su destitución, la fiscal general María Consuelo Porras, indicó que procesaría a Sandoval por haber cometido “constantes” y “frecuentes abusos” de su autoridad.
Pero la propia Porras ha sido acusada de utilizar su posición para socavar a sus rivales políticos y promover sus propios intereses.
En 2022, EE.UU. sancionada la controvertida fiscal general, afirmando que les dijo a los fiscales que “ignoren los casos basados en consideraciones políticas” y persigan a los trabajadores anticorrupción.
Un fiscal federal, Rudy Herrera, dijo más tarde a The New Yorker que un colega lo presionó para que proporcionara información condenatoria sobre Sandoval y una jueza, Erika Aifan, que también manejaba casos de corrupción.
“O renuncias a algo o te meterás en problemas”, le dijeron a Herrera.
En 2022, Aifan –al igual que Sandoval– huyó de Guatemala por temor a ser objeto de arresto ilegal.
La repentina destitución de Sandoval de su puesto de alto rango y su posterior exilio ayudaron a provocar protestas anticorrupción en la Ciudad de Guatemala. Algunos manifestantes exigieron la renuncia de Porras y del presidente Alejandro Giammattei.
Al momento de su salida, Sandoval investigaba a Giammattei por acusaciones de que aceptó sobornos de empresas constructoras y mineras, algunos de los cuales supuestamente fueron entregados en alfombras enrolladas.
Giammattei negó las acusaciones, pero con la partida de Sandoval y Aifan poco después, la investigación quedó efectivamente cerrada.
Guatemala ha sido testigo de una ofensiva contra figuras anticorrupción como Sandoval y Aifan desde la disolución de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), un organismo respaldado por las Naciones Unidas diseñado para erradicar las redes criminales.
Pero en 2019, bajo el entonces presidente Jimmy Morales, a los miembros de la CICIG se les dio 24 horas para abandonar el país. El propio Morales estaba bajo investigación por presunta aceptación de donaciones ilegales.
En los años siguientes, más de 40 abogados, jueces y otras figuras jurídicas (muchas de las cuales participaron en esfuerzos anticorrupción) se exiliaron, según Associated Press, cuando el sistema legal guatemalteco se volvió en su contra.
Otros han sido arrestados, como la ex empleada de la CICIG Claudia González en agosto.
Mientras tanto, a medida que el mandato de Giammattei llega a su fin, los votantes guatemaltecos han elegido a un candidato anticorrupción, Bernardo Arévalo, para sucederlo. Se espera que asuma el cargo en enero.
Pero su victoria electoral se vio empañada por lo que los críticos llaman ataques motivados políticamente. La Fiscal General Porras intentó repetidamente suspender al partido político de Arévalo, y sus fiscales utilizaron órdenes judiciales para allanar la sede del partido, así como las oficinas de la autoridad electoral de Guatemala.
Estas acciones generaron preocupaciones sobre la integridad electoral y la continua influencia de la corrupción en el país.