Antes de la primera ronda de elecciones en junio de 2023, los partidos de oposición enfrentaron un intenso escrutinio por parte de las instituciones estatales. El Tribunal Supremo Electoral determinó que al candidato a vicepresidente del izquierdista Movimiento Popular de Liberación (MLP) le faltaban algunos documentos, lo que descalificaba toda la candidatura presidencial del MLP. El candidato de Podemos, partido populista de derecha, fue rechazado por “hacer campaña anticipada”. (La ley guatemalteca establece una ventana estricta para las campañas políticas.) El partido conservador Compromiso, Renovación y Orden vio rechazada su candidatura porque su candidato tenía un proceso judicial en curso, aunque éste fue luego anulado.

Arévalo sobrevivió a este desafío y, en una primera vuelta electoral con veintidós candidatos, quedó segundo, con el 15 por ciento de los votos. Diez partidos impugnaron el resultado ante el Tribunal Constitucional, mientras que la Organización de Estados Americanos (OEA), Naciones Unidas, la Unión Europea, Estados Unidos y el Reino Unido intervinieron a favor de respetar el resultado de la primera vuelta. El Ministerio Público de Guatemala pidió la disolución del Movimiento Semilla alegando que se encontraron firmas falsas en sus documentos de registro. Ese caso sigue pendiente. A pesar de todo esto, dos meses después, Arévalo ganó la segunda vuelta de las elecciones con el 61 por ciento de los votos, derrotando a Sandra Torres, una socialdemócrata socialmente conservadora y ex primera dama. Torres impugnó sin éxito los resultados de la segunda vuelta.

Mientras tanto, la fiscal general interina María Consuelo Porras, aliada del presidente saliente, ha estado construyendo el caso contra el Movimiento Semilla. En octubre, Porras ordenó un allanamiento al Tribunal Superior Electoral. Desde agosto, la OEA ha advertido en repetidas ocasiones sobre un posible golpe de Estado que impediría que Arévalo tomara el poder. El mandato de Porras termina en 2026. Queda por ver si Arévalo sobrevivirá a este fiscal general o si el corrupto todavía encontrarán una manera de deshacerse de él antes de que pueda limpiar el desastre.