Líquido a 300°C fluye desde aberturas similares a chimeneas en las profundidades del Océano Ártico
A unos 3.000 metros (9.843 pies) debajo del Océano Ártico, los científicos están explorando un campo burbujeante de respiraderos hidrotermales a lo largo de la Cordillera Knipovich, cerca de Svalbard, el asentamiento más septentrional de la Tierra.
El campo de respiraderos hidrotermales fue descubierto recientemente en el fondo marino dentro del triángulo entre Groenlandia, Noruega y Svalbard, en el límite de las placas tectónicas de América del Norte y Europa.
Utilizando un submarino controlado remotamente, investigadores del Centro de Ciencias Ambientales Marinas (MARUM) de la Universidad de Bremen recogieron muestras y datos del campo de respiraderos hidrotermales, al que llamaron Jøtul, en honor a un gigante de la mitología nórdica.
Los respiraderos hidrotermales se encuentran en las uniones de placas tectónicas en movimiento, donde la actividad geotérmica es más intensa. Se forman cuando el agua penetra en el fondo del océano y es calentada por el magma de las entrañas del planeta. El agua sobrecalentada luego regresa al fondo del mar a través de grietas y fisuras, enriqueciéndose con minerales y materiales disueltos de las rocas de la corteza oceánica.
A pesar de ser un importante cruce de placas tectónicas, no se sabía que existieran respiraderos hidrotermales en la Cordillera Knipovich, hasta ahora.
Algunos de los montículos hidrotermales albergaban organismos, incluidos pequeños crustáceos.
Crédito de la imagen: MARUM/Universidad de Bremen
La Cordillera Knipovich es particularmente especial porque no se formó por dos placas que chocaron, sino por dos placas que se separaron a un ritmo de menos de 2 centímetros (menos de 1 pulgada) por año, lo que se conoce como cresta en expansión.
Se sabe muy poco sobre la actividad hidrotermal en las crestas que se expanden lentamente, por lo que el equipo está interesado en aprender sobre la composición química de los fluidos que se escapan, así como las características geológicas formadas por su calor y minerales.
Algunos de los fluidos que brotan del campo Jøtul son increíblemente calientes y alcanzan temperaturas de hasta 316 °C (601 °F). Cuando el fluido sobrecalentado entra en contacto con agua helada, los minerales se solidifican, formando grandes estructuras parecidas a chimeneas llamadas fumadores negros.
Otra característica interesante del campo Jøtul es que sus fluidos hidrotermales son ricos en metano, un potente gas de efecto invernadero, así como en dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero. Esto significa que la región podría tener algunas implicaciones para el cambio climático y el ciclo del carbono oceánico.
Formas de vida extrañas y maravillosas a menudo pueden habitar en campos de respiraderos hidrotermales. En las oscuras profundidades del océano, donde la fotosíntesis es imposible, los fluidos hidrotermales proporcionan la base para los organismos quimiosintéticos, que obtienen nutrientes a través de energía química en lugar de la luz solar.
Aún no existe un conocimiento profundo de la biodiversidad del campo, aunque sin duda será un punto de interés para los investigadores del MARUM, que tienen previsto regresar a la zona a finales del verano de 2024.
El estudio fue publicado en la revista Informes científicos.