Los programas educativos podrían apoyar a las mujeres de Guatemala que luchan contra la pobreza multidimensional mejorando sus conocimientos, respondiendo a sus necesidades de salud y creando más posibilidades de crecimiento económico. Reducir la brecha de género mediante dando a las mujeres la oportunidad trabajar y desarrollar su educación puede respaldar la productividad y el crecimiento económico a través de generaciones en todos y cada uno de los países. Como observó Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE): “Las mujeres son el grupo más activo económico subutilizado en la economía mundial”.
Economía guatemalteca
Guatemala es un país centroamericano con una población de 17 millones de personas y una PIB de 77.600 millones de dólares. Según el Banco Mundial, es la principal economía de la región. Sin embargo, a pesar de estas cifras, la pobreza persiste y los pueblos indígenas enfrentan una tasa de pobreza del 79%.
Hay casi 4 millones de mujeres indígenas En Guatemala, sin embargo, las estadísticas de ONU Mujeres muestran que sólo una de cada 10 mujeres indígenas trabaja en la economía formal, ya que muchas no pueden acceder a oportunidades educativas. En las zonas rurales donde la agricultura es la principal fuente de trabajo, los informes muestran que las mujeres poseen sólo el 7,8% de la tierra y también reciben salarios más bajos. Si a las mujeres indígenas se les paga, sus empleadores normalmente les pagan un 19% menos que a las mujeres no indígenas, según ONU Mujeres.
Las mujeres nativas también son las que tienen menos probabilidades de tener habilidades de alfabetización, ya que el 66,7% tiene capacidad para leer y escribir, en comparación con el 78% de las mujeres no indígenas y el 78% de los hombres indígenas, informó ONU Mujeres.
Casa Pa'nibal
El Proyecto Borgen habló con Rodrigo Figueroa, voluntario de Casa Pa'nibal, para conocer más sobre los esfuerzos para ayudar a las mujeres indígenas en Guatemala. Casa Pa'nibal es una pequeña fundación de centro comunitario en las afueras de Antigua, una de las principales ciudades de Guatemala. Inició su labor en 2014 como una fundación para apoyar la educación de mujeres y niñas originarias del país.
Figueroa afirmó que “el equilibrio entre hombres y mujeres es complicado y muchas mujeres abandonan tempranamente la escuela por otras exigencias. Trabajamos con todas las mujeres guatemaltecas, pero muchas son de grupos indígenas”.
Recientemente, la fundación ha tomado medidas para centrarse en becas y educación superior. Figueroa expresó: “Queremos enfocarnos más en sus programas educativos para que podamos ayudar a las mujeres que apoyamos a salir de las situaciones en las que se encuentran y ayudar también a sus hijos”.
Además de Casa Pa'nibal, existen muchas pequeñas organizaciones benéficas en Guatemala enfocadas en esta línea de trabajo, incluidas organizaciones como Puente de la Amistadofreciendo a las mujeres la oportunidad de obtener microfinanzas, educación y servicios de salud.
Fondo Malala de la UNESCO
El Fondo Malala de la UNESCO para el derecho de las niñas a la educación se creó en 2012 para apoyar a las chicas y las mujeres en países de conflicto y desastres tienen acceso a entornos de aprendizaje seguros y mejores oportunidades educativas. En 2018, la UNESCO se asoció con el Ministerio de Educación de Guatemala para abrir dos Centros Malala de la UNESCO en Guatemala. El objetivo de los centros ha sido fortalecer la educación de las mujeres en Guatemala y brindar oportunidades personalizadas que también sean sensibles al género.
El Fondo Malala de la UNESCO ha informado que hasta ahora ha ayudado a más de 500 mujeres indígenas. Él cree que el proyecto podría tener mayores efectos a largo plazo, llegando a más de 650.000 mujeres indígenas y 1 millón de estudiantes.
Hay evidencia clara de desigualdad entre hombres y mujeres en Guatemala en relación con la educación y las oportunidades económicas; sin embargo, el país ha estado desarrollando muchos proyectos, tanto pequeños como grandes, para ayudar a estas mujeres nativas a salir de la pobreza multidimensional.
A través de oportunidades educativas y de microfinanzas, el país podría comenzar a cerrar la brecha de género y pobreza, apoyando el crecimiento económico de estas mujeres nativas y del país en su conjunto.
– Amy Sargento
Fotografía: Flickr