La controversia está servida. Porque, por enésima vez, en una jugada más que discutible y muy interpretable, la decisión del VAR y del árbitro favoreció al Real Madrid y lastimó al FC Barcelona. Tras el clásico en el Camp Nou, Sergio Ramos protestó como si un hombre fuera dueño de Clément Lenglet dentro del área de Neto Murara.
Las cámaras mostraban que existía la garra, pero también que Camas ya había empujado al central francés del Barça y que, además, Ramos cayó al darse cuenta del agarre en el lado opuesto. Muchos pensarán que fue un penalti, muchos que no lo fue. Pero el VAR no tuvo dudas a la hora de señalar la infracción y permitir que el capitán del merengue, con penalti, Volví a adelantar a los blancos en el santuario culé.
En resumen, la misma vieja historia. Cabe recordar que, en primera instancia, el árbitro no vio nada punible en la acción. Los responsables del VAR fueron los que avisaron al árbitro y lo mandaron a revisar la secuencia en el monitor. De ahí en adelante, Martínez Munuera necesitó poco tiempo Decretar la pena máxima a favor del equipo merengue.
Y como ya hemos dicho, la imagen de la repetición es clara y la huella de Lenglet se aprecia perfectamente, aunque También es cierto que Sergio Ramos también ha desplazado a Lenglet anteriormente y, ante la falta de dureza de la acción, quedó claro que el de Camas cayó justo después de darse cuenta de la garra, y sin posibilidad de rematar el balón aéreo de Kroos.
Sergio Ramos acepta todos los regalos
Una vez establecida la pena máxima, solo se podía rezar. Porque Sergio Ramos suele contratar un seguro de vida para los blancos de once metros, y de nuevo no ha fallado. Neto Murara adivinó de qué lado iba a disparar, pero no pudo detener un disparo muy ajustado, que significó 1-2 cuando menos de media hora.
El FC Barcelona se hundió emocionalmente y el Koeman cambia, que puso a cinco delanteros en el campo, no sirvió para igualar la electrónica, sino todo lo contrario. El Real Madrid absorbió el ataque catalán, salió al contraataque y, ante la falta de fuerza defensiva de los de Koeman, Modric aprovechó para marcar un último gol lo que significó el 1-3 final. Una mezcla de injusticia y luego falta de sangre. El aficionado culé espera mucho más.
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