El presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo, fue recibido el lunes en la Casa Blanca, donde recibió promesas de fuertes vínculos bilaterales y apoyo a su campaña anticorrupción.

Arévalo mantuvo conversaciones con la vicepresidenta Kamala Harris para discutir las causas “raíces” de la inmigración –un tema espinoso en un año electoral para la Casa Blanca demócrata– y luego se reunió con el presidente Joe Biden.

Biden dijo en X, antes Twitter, que su reunión no anunciada con Arévalo fue para “felicitarlo personalmente por su toma de posesión y reiterar nuestro compromiso con una asociación sólida entre Estados Unidos y Guatemala”.

Arévalo, ex legislador, diplomático y sociólogo, causó una gran sorpresa cuando surgió de la oscuridad para ganar las elecciones en agosto pasado, galvanizando a los votantes cansados ​​de la corrupción en uno de los países más pobres de América Latina.

Pero su cruzada anticorrupción lo puso en la mira de fiscales acusados ​​de corrupción y estrechamente alineados con la clase dominante política y económica del país.

Intentaron anular los resultados electorales con una serie de acciones legales que Arévalo denunció repetidamente como un intento de «golpe de estado», e incluso un último esfuerzo que retrasó su toma de posesión durante varias horas.

“Su elección ha traído una sensación de optimismo al pueblo de Estados Unidos y de todo el mundo”, dijo Harris a Arévalo antes de la reunión.

“A medida que responsabilicen a los actores corruptos y promuevan la buena gobernanza, nosotros los apoyamos”, dijo.

Arévalo calificó la reunión con Harris como un “momento histórico” que refleja “lo que creemos que será un fuerte apoyo continuo de Estados Unidos”.

Agregó que su gobierno está comprometido a hacer todo lo posible para cumplir con las “grandes expectativas” de Estados Unidos y la comunidad internacional para Guatemala.

Como muestra de apoyo, Harris anunció una serie de medidas para Guatemala, entre ellas 170 millones de dólares en ayuda, la ampliación de un programa para apoyar a miles de jóvenes en riesgo de emigrar, asistencia técnica para reformas y el fomento del comercio textil.

Casi 130.000 guatemaltecos cruzaron ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y México entre octubre y febrero, de un total de 1.150.000 migrantes interceptados durante ese período, según la Patrulla Fronteriza estadounidense.

Biden, en su reunión, agradeció a Arévalo por acoger una cumbre regional sobre migración prevista para el próximo mes, dijo la Casa Blanca.

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