CIUDAD DE MÉXICO (AP) – Dos barcos mexicanos que transportaban alimentos, combustible y suministros médicos zarpaban el martes hacia Cuba y un tercero se preparaba para partir allí el miércoles en lo que los expertos dicen que fue la mayor ayuda de México a Cuba en casi tres décadas.
El primer barco partió el lunes por la noche cargado con 100.000 barriles de gasoil que, según el gobierno mexicano, se utilizaría para abastecer de energía a los hospitales cubanos.
Un segundo barco operado por la Armada mexicana partió el martes y el tercero se embarcará el miércoles. El Ministerio de Relaciones Exteriores informó que los dos barcos transportan tanques de oxígeno, agujas y jeringas, además de alimentos básicos como leche en polvo, aceite de cocina y frijoles.
El departamento describió los envíos como «asistencia humanitaria» para ayudar a Cuba a enfrentar la pandemia de coronavirus.
Rafael Elias Rojas, historiador cubano y profesor del Colegio de México, dijo que “este es un fenómeno nuevo”, comparable solo al “período especial” de Cuba a principios de los noventa, luego de que el colapso de la Unión Soviética cortara los subsidios económicos de la isla.
“Ha habido casos menores de ayuda durante las temporadas de huracanes, pero los últimos grandes esfuerzos de ayuda de esta escala o más fueron durante el gobierno de (el ex presidente mexicano) Carlos Salinas de Gortari, cuando los intercambios con Cuba aumentaron significativamente y cuando, como ahora, había una profunda crisis económica en la isla ”, dijo Rojas.
Carlos Salinas de Gortari gobernó de 1988 a 1994. Y hasta la transición democrática de México en 2000, el ex Partido Revolucionario Institucional de México tenía una política de larga data de oponerse a la interferencia de Estados Unidos en Cuba, en parte porque México temía las críticas de los partidos externos de su propio partido menos que régimen democrático.
Lorena Ruano, profesora del Centro de Educación e Investigación Económica de México, dijo que la política de México era «defender la soberanía de otros países, para que ‘otros no me critiquen'».
El presidente Andrés Manuel López Obrador es un ferviente creyente de esta vieja política y la semana pasada calificó a Cuba de “ejemplo de resistencia” y propuso que todo el país sea declarado Patrimonio de la Humanidad.
Si bien gran parte de Cuba parece tecnológicamente paralizada a mediados del siglo pasado, López Obrador no pareció hablar irónicamente cuando propuso la designación de patrimonio mundial, que las Naciones Unidas utilizan comúnmente para honrar sitios históricos.
López Obrador elogió la capacidad de Cuba para resistir la hostilidad de Estados Unidos desde 1959, pero no mencionó las recientes protestas callejeras reprimidas violentamente por el gobierno cubano.
López Obrador se ha pronunciado en el pasado contra las sanciones de Estados Unidos que limitan el comercio con la isla y dijo que deberían terminar.
El jueves, el gobierno de Estados Unidos endureció las sanciones contra algunos funcionarios cubanos por reprimir raras protestas callejeras a principios de este mes. Las nuevas sanciones apuntan a un funcionario cubano y una brigada especial del gobierno que, según Estados Unidos, estuvieron involucrados en violaciones de derechos humanos durante la represión del gobierno.
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