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Vale la pena hacer un servicio mensual.

Eso es todo Una cosauna columna con consejos sobre cómo vivir.

Odio limpiar. Sé que la mayoría de la gente no como limpieza, a menos que seas uno de esos Influencers de CleanTok—pero realmente lo odio. Tampoco soy muy bueno limpiando. Nada de lo que he hecho ha dejado nada tan limpio como lo hacen otras personas. (Esto no sería gran cosa, excepto por el hecho de que mi esposo es una de las personas más limpias que conozco, y las diferencias entre nuestros esfuerzos son… evidentes).

Entonces, odio limpiar y no soy muy bueno en eso, pero tampoco soporto vivir en un lugar que no esté limpio. Una casa desordenada con pasta de dientes en el espejo del baño, migas en el piso de la cocina y manchas en la ducha me pica el cerebro.

Hace unos años, comencé a presupuestar un servicio de limpieza mensual. Me da un poco de vergüenza admitir esto porque parece irremediablemente burgués, especialmente cuando mi propia abuela pasó gran parte de su vida adulta trabajando como limpiadora. Pero ha cambiado la calidad de mi vida de una manera que hace que valga más que el dinero.

Por una limpieza profunda mensual de nuestra casa en Los Ángeles, le pago a alguien 250 dólares. No es una cantidad pequeña de dinero para mí como periodista, pero lo que recibo a cambio es casi impagable. Saber que alguien vendrá y saldrá de casa reluciente una vez al mes me ayuda a sentirme a gusto con todas las presiones que luchan constantemente por espacio en mi cerebro. Recientemente me convertí en madre y el valor de tener un servicio de limpieza no ha hecho más que aumentar desde entonces. Esto me quita muchas tareas de encima. No tengo que preocuparme por fregar la bañera o trapear el piso todas las semanas. Pagar este dinero también ayuda a equilibrar la carga de trabajo doméstico entre mi marido y yo.

Hacer que los limpiadores vengan cada pocas semanas sigue siendo lo ideal para nosotros: no es que limpiar tu casa una vez al mes elimine por completo la necesidad de ordenar, pero hace que esa tarea sea mucho más fácil. Cuando empiezas desde cero con un espacio impecable, es más fácil mantenerlo así. Incluso si odias limpiar, como yo, ¡no querrás estropear una casa profundamente limpia!

Vale la pena renunciar a otros lujos (como manicuras, para las que de todos modos odiaba estar sentada, o un armario lleno de ropa que en realidad no usaría) para poder costearlos. resulta que tu el puede comprar algunos paz.

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