El magistrado determinó que la campaña de Trump recurrió a «argumentos legales defectuosos y sin mérito y acusaciones especulativas» en un intento de desprenderse de millones de votos.

Un juez federal desestimó el sábado 21-N la demanda más importante que la campaña del presidente Donald Trump había presentado en Pensilvania, y lo dejó prácticamente sin opciones para revertir el resultado de las elecciones en ese estado del que dependen las llaves de la Casa Blanca.

La decisión del juez Matthew Brann implica que los condados de Pensilvania tienen carta blanca para certificar el resultado de las elecciones del 3 de noviembre, que deben presentarse el lunes, y confirmar al presidente electo Joe como el ganador del territorio. Biden.

La demanda buscaba invalidar millones de votos emitidos por correo, alegando que la capacidad de los votantes para corregir errores en sus boletas en ciertos condados perjudica al Partido Republicano de Trump.

El magistrado determinó que la campaña de Trump recurrió a «argumentos legales defectuosos y sin mérito y acusaciones especulativas» en un intento de desprenderse de millones de votos.

«En los Estados Unidos de América, esto no puede justificar la supresión del derecho al voto de un solo votante, y mucho menos de todos los votantes en su sexto estado más poblado», escribió Brann.

La decisión marca un profundo revés para la estrategia legal de la campaña de Trump, que ya ha perdido otros juicios en Pensilvania además de Michigan, Georgia, Nevada y Arizona en su denuncia sin evidencia de fraude electoral.

Este fue el último caso importante activo en Pensilvania, y el abogado del presidente saliente, Rudy Giuliani, lo defendió personalmente durante una audiencia el martes.

Sin Pensilvania, es prácticamente imposible que Trump revierta los resultados electorales, ya que la ventaja de Biden en el Colegio Electoral es tal (306 votos contra 232) que el presidente actual debería demostrar un gran fraude en varios estados para prevalecer.

Trump ya ha sufrido otros dos reveses el viernes: el primero en Georgia, que certificó la victoria de Biden; y el segundo en Michigan, donde dos legisladores estatales que él invitó a la Casa Blanca dijeron después de la reunión que no tenían información que pudiera cambiar el resultado de las elecciones en su estado.

Sin revertir el resultado en varios estados, lo cual es extremadamente improbable, Trump no podrá evitar que Biden asuma la presidencia el 20 de enero, y las formas de lograrlo se cierran cada día que pasa.

El equipo de Trump solo tiene hasta el 8 de diciembre para desarrollar su estrategia legal, porque ese día todos los estados deberían haber resuelto las disputas y el gobernador de cada territorio debe enviar resultados certificados al Congreso.