CIUDAD DE GUATEMALA (AP) – El volcán Pacaya de Guatemala continuó arrojando columnas de ceniza a miles de metros (metros) en el aire el jueves, pero los residentes de las aldeas en las laderas del volcán ignoraron en gran medida la recomendación de evacuación, confiando en las tradiciones populares y su propio conocimiento máximo para juzgar cuándo es el momento de partir.
La agencia nacional de ayuda dijo que hubo más erupciones el jueves, pero con una disminución en la intensidad.
El portavoz de la agencia, David León, dijo que había al menos 21 aldeas alrededor de Pacaya a las que se les había pedido que fueran evacuadas como medida de precaución. Pero pocos obedecieron, temiendo que sus pertenencias pudieran ser robadas en su ausencia.
Los residentes dicen que están familiarizados con los hábitos del volcán de 8,373 pies (2,552 metros), ubicado a solo 30 millas (50 kilómetros) al sur de la ciudad de Guatemala.
Los turistas también suelen subir a visitar el pico, pero estos viajes se cancelaron temporalmente. Pacaya tiene una vista clara del cercano Volcán de Fuego, que entró en erupción en 2018, emitiendo una rápida avalancha de lodo sobrecalentado que mató al menos a 110 personas y dejó a unas 200 desaparecidas.
El turismo volcánico es el alma de pueblos como San Francisco de Sales, situado cerca del pico de Pacaya, y para los locales es una cuestión de aprender a vivir con el peligro.
Pacaya tuvo una explosión explosiva en 2010 que mató a un reportero y dos residentes.
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