La magnífica pero relativamente desconocida Laguna Brava (Lago Salvaje) se encuentra en una zona remota del departamento de Huehuetenango en el oeste de Guatemala. Con sus espectaculares aguas color turquesa y rodeado de frondosos árboles, cascadas y animales exóticos, el lugar es fascinante. Aunque las temperaturas son suaves, la profundidad del lugar produce niebla, creando un paisaje único para quienes lo visitan. Los residentes de los alrededores pertenecen a la grupo étnico maya chuj—una comunidad de fieles creyentes en la conservación de la vida silvestre y los recursos naturales.
Manuel Domingo, líder comunitario y también miembro del grupo Chuj Maya, siempre quiso mostrar la belleza de su pueblo natal. “Pertenezco a un cultura maya donde, en las creencias de nuestros antepasados, consideramos prioritario poner en valor los recursos naturales de nuestra ciudad y luchar para evitar la tala de árboles y la caza de animales”, explica en español.
Desde 2012, ha tomado iniciativas para mostrar la belleza natural de su pueblo a personas ajenas a su comunidad. Domingo estaba seguro de que este sería un viaje arduo. Sin embargo, a través de sus creencias mayas y con el apoyo de la comunidad, este año ha implementado con éxito esfuerzos para promover el turismo sostenible y proteger el medio ambiente y la biodiversidad de Lagoa Brava. “Ponemos nuestro corazón en conservar el lugar. Después de todo, esta es nuestra tierra y somos responsables de mostrar a los visitantes la belleza que nos rodea”.
Con el paso de los años, junto con su esposa, Domingo creó el Comité de Cabaña, un comité de aldeanos dedicados a promover Lagoa Brava y sus alrededores. “Juntos, como comunidad, logramos mantenerlo limpio y, lo más importante, mostrar un paraíso libre de contaminación”.
Esta es nuestra tierra y somos responsables de mostrar a los visitantes la belleza que nos rodea.
manuel domingos
Domingo y otros residentes lograron mantener el lugar libre de basura instalando carteles que indicaban que no se debía dejar basura en el suelo ni en el cuerpo de agua y monitoreando constantemente en nombre del comité para evitar que los turistas tiraran basura. Los miembros del comité también enfatizan a los visitantes la importancia de preservar el área para mantenerla libre de escombros e intacta. “Algunos días venimos a la zona y hacemos jornadas de limpieza. Casi nunca encontramos basura porque apelamos a los turistas para que nos ayuden a mantener un medio ambiente fortalecido por el turismo responsable”.
Edy Chicas, Delegado de Huehuetenango en el Instituto Guatemalteco de Turismo, comparte que otra idea innovadora surgió de los miembros: utilizar únicamente botes sin motor en la laguna como medio de transporte para evitar la contaminación. “Fui testigo de cómo esta comunidad hizo que la laguna fuera más limpia y atractiva para los visitantes. Es impresionante apreciar sus esfuerzos por mantener la zona libre de contaminación”, afirma Chicas.
“Nuestra misión es dejar una herencia a otras generaciones y brindarles un legado turístico”, explica Domingo. Se necesita un esfuerzo comunitario, afirma, para que el mensaje llegue a autoridades y otras instituciones. Por ejemplo, un grupo de delegados y voluntarios del Instituto Guatemalteco de Turismo se unió recientemente al Comité de Cabaña para lanzar el proyecto Áreas Dematadas, cuyo objetivo es plantar miles de árboles a lo largo de la Lagoa Brava y promover un entorno verde para mejorar la calidad del aire. reducir la velocidad, reducir las lluvias intensas, reducir las inundaciones y evitar el calor excesivo. Entre los árboles que mejor se adaptan al clima de la región se encuentran el roble y el mono.
Este año, el Organización Mundial del Turismo identificado inversiones verdes del turismo sostenible como una prioridad crucial para el futuro crecimiento y desarrollo del planeta. “En este contexto, desarrollamos proyectos para utilizar estas áreas para el ecoturismo”, explica Chicas.
“La participación de la comunidad a lo largo de este proceso ha sido crucial”, añade. “Las cosas funcionan cuando los residentes se involucran y quieren que seamos parte de sus iniciativas. Estaban comprometidos con la conservación del medio ambiente y la promoción de este tipo de turismo sustentable que es relativamente nuevo en Guatemala”.
De cara al futuro, el objetivo que lidera el comité de Domingo es establecer a Laguna Brava y su biodiversidad como uno de los primeros destinos turísticos ambientalmente sustentables del país. “Como guatemalteco y aldeano, ha sido doloroso presenciar cómo otros recursos naturales en Guatemala resultaron dañados”, dice Domingo. “No quiero que esto le pase a mi tierra; No permitiremos esto como comunidad”.