Por Sofía Menchú
CIUDAD DE GUATEMALA (Reuters) – Los fiscales guatemaltecos están tratando de impedir que el abrumador ganador de las elecciones presidenciales del país asuma el cargo, dijo el martes el jefe de la Organización de Estados Americanos (OEA), denunciando la medida como un «ejemplo vergonzoso para el hemisferio». «. «
Luis Almagro, jefe de la OEA con sede en Washington, calificó la investigación en curso del Fiscal General de Guatemala sobre el partido y la autoridad electoral del presidente electo Bernardo Arévalo como un ataque sin precedentes a la democracia de Guatemala.
Con una plataforma anticorrupción, Arévalo ganó la segunda vuelta de agosto con un margen de victoria de 20 puntos.
Desde la semana pasada, decenas de miles de guatemaltecos han salido a las calles para protestar por lo que muchos llamaron un golpe a cámara lenta, al tiempo que exigían la destitución de la fiscal general Consuelo Porras y otros funcionarios judiciales que colaboran con sus investigaciones.
“El Ministerio Público optó por ignorar numerosos llamamientos de la comunidad internacional y su comportamiento viola las normas democráticas”, afirmó Almagro.
«Sigue tomando medidas que parecen diseñadas para anular la voluntad del electorado», añadió.
La oficina de Porras no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
En el pasado, su oficina ha justificado sus redadas al partido Semilla de Arévalo y al organismo electoral como necesarias para investigaciones legales sobre supuestas irregularidades durante las elecciones, especialmente acusaciones de que el historial de seis años de Semilla estaba contaminado por firmas falsificadas.
El lunes se registraron incidentes violentos aislados que desde entonces han provocado el cierre temporal de algunos bancos, escuelas, supermercados y cadenas de restaurantes, incluido McDonald’s.
En general, las protestas fueron en gran medida pacíficas.
Arévalo describió los incidentes violentos como causados por “grupos de ataque” que buscaban desestabilizar las protestas.
El presidente saliente, Alejandro Giammattei, calificó las manifestaciones de ilegales y advirtió que los organizadores -a quienes acusó de recibir fondos del extranjero- serían detenidos.
La oficina de Giammattei, en el período previo a la votación de agosto, dijo que respetaba la autonomía de los poderes gubernamentales y que no interferiría en los procesos judiciales. El presidente no cuestionó públicamente las investigaciones de Porras.
(Reporte de Sofia Menchu; escrito por Kylie Madry; editado por David Alire García y Gerry Doyle)
