Los registros genéticos y fósiles no revelan un solo punto donde se originaron los humanos modernos, encontraron los investigadores.
Expertos del Museo, el Instituto Francis Crick y el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana se han asociado para desentrañar las diferentes líneas de ascendencia en la evolución de nuestra especie, neanderthal.
Argumentan que hoy en día no se puede identificar un momento específico en el que la ascendencia humana moderna se limitaba a un lugar de nacimiento limitado. Los patrones conocidos de la primera aparición de características anatómicas o de comportamiento que se utilizan a menudo para definir H. sapiens encajar en una serie de historias evolutivas.
Tu nuevo artículo, publicado en Nature, analiza nuestra comprensión actual de cómo la ascendencia humana moderna en todo el mundo se remonta al pasado distante y qué ancestros atraviesa durante nuestro viaje en el tiempo.
El profesor Chris Stringer, coautor e investigador del Museo, dice: “Algunos de nuestros antepasados vivieron en grupos o poblaciones que pueden identificarse en el registro fósil, mientras que se sabrá muy poco sobre otros.
«Durante la próxima década, la creciente comprensión de nuestros complejos orígenes debería expandir el enfoque geográfico a regiones que antes se consideraban periféricas a nuestra evolución, como África central y occidental, el subcontinente indio y el sudeste asiático».
Tres fases principales de nuestra ascendencia están rodeadas de cuestiones importantes, que incluyen:
- la expansión mundial de los humanos modernos hace entre 40.000 y 60.000 años y los últimos contactos conocidos con grupos arcaicos como los neandertales y los denisovanos
- un origen africano de la diversidad humana moderna hace unos 60.000 a 300.000 años
- la compleja separación de los ancestros humanos modernos de los grupos humanos arcaicos hace entre 300.000 y un millón de años
El coautor Pontus Skoglund del Instituto Francis Crick dice: “Contrariamente a lo que muchos creen, ni los registros genéticos ni fósiles han revelado hasta ahora un momento y lugar definidos para el origen de nuestra especie.
“Puede que no haya habido tal punto en el tiempo, cuando la mayor parte de nuestra ascendencia se encontró en una pequeña región geográfica y aparecieron los rastros que asociamos con nuestra especie. Por ahora, sería útil alejarse de la idea de un tiempo y un lugar de origen únicos. ‘
El análisis interdisciplinario de los crecientes registros genéticos, fósiles y arqueológicos sin duda revelará muchas sorpresas nuevas sobre las raíces de la ascendencia humana moderna.
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