En medio de una tonelada de escombros enterrados bajo una pirámide maya en Guatemala, los arqueólogos han encontrado el uso más antiguo conocido del calendario maya, uno de los logros más reconocidos de esta antigua cultura.
Los investigadores encontraron un trozo de yeso roto con un glifo pintado. Un símbolo de bardo y punto para el número siete está pintado sobre una oreja de ciervo, que representa «7 ciervos», una fecha en el sistema de calendario maya de 260 días. El glifo data del siglo III a. C., el más antiguo que se conoce del sistema de calendario que alguna vez usaron muchas culturas.
Los fragmentos son los restos de un conjunto de murales que adornaban las paredes de un templo en lo que hoy es Guatemala. Pero en algún momento del año 200 a. C., los mayas destruyeron el yeso y demolieron los edificios. Encima de las ruinas del templo, apilaron toneladas de tock, barro y yeso roto para rellenar los cimientos de una nueva pirámide.
“El calendario ha sido un elemento clave en las definiciones tradicionales de Mesoamérica como región cultural, y su persistencia en muchas comunidades hasta el día de hoy es un testimonio de su importancia en la vida religiosa y social”, escribió la Universidad de Texas en Austin en su artículo.
Los Calendarios Mayas
Los investigadores encontraron los fragmentos en el sitio arqueológico de San Bartolo, en las selvas de Guatemala, al noreste de la antigua ciudad maya de Tikal. El área ganó fama en 2001 gracias al descubrimiento de una cámara enterrada con murales elaborados y coloridos que representan escenas ceremoniales y mitológicas mayas.
Para el estudio, el equipo recolectó material orgánico dentro de la capa donde se descubrieron los fragmentos. Utilizando la datación por radiocarbono, estimaron la fecha de los fragmentos. En total, descubrieron alrededor de 7.000 piezas de varios murales. De estos, analizaron 11 fragmentos de pared descubiertos entre 2002 y 2012.
Hasta ahora, la primera representación definitiva del calendario maya databa del siglo I a.C. Los mayas tenían cuatro calendarios. Uno es el calendario de adivinación, o Tzolk’in, del cual se origina esta notación de «7 venados». Tiene 260 días compuestos por una combinación de 13 números y 20 días que tienen diferentes signos (como el venado en el fragmento).
Los otros calendarios mayas son el calendario de cuenta larga, que rastrea los ciclos de tiempo y crea mucho ruido cuando algunas personas piensan erróneamente que está prediciendo el fin del mundo en 2012, el Haab, el más parecido al calendario que usamos hoy con 365 días en su conteo basado en observaciones solares, y también un calendario lunar.
“La datación de los fragmentos de San Bartolo indica que el calendario de 260 días estuvo presente en la región maya de las Tierras Bajas alrededor del comienzo del período Preclásico Tardío. Además, asumimos que este sistema de conteo de días ya se había utilizado durante algún tiempo, hasta el siglo III a. C.», escribieron los investigadores en su artículo.
El equipo se sorprendió al encontrar el glifo del venado, ya que las anotaciones mayas posteriores a menudo deletrean la palabra venado en lugar de dibujar un glifo del animal. Por eso creen que los fragmentos pueden ser evidencia de una etapa temprana de la escritura maya. Todavía no está claro dónde comenzó este sistema de calendario en Mesoamérica, concluyen.
El estudio fue publicado en la revista Avances en la ciencia.
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