Un nuevo estudio ha demostrado que los abejorros adquieren nuevas «tendencias» en su comportamiento al observar y aprender de otras abejas, y que una forma de comportamiento puede propagarse rápidamente a través de una colonia, incluso cuando se descubre una versión diferente.
La investigación, dirigida por la Universidad Queen Mary de Londres y publicada hoy (7 de marzo) en PLOS Biologíaproporciona una fuerte evidencia de que el aprendizaje social impulsa la propagación del comportamiento de los abejorros, en este caso, precisamente como buscan comida.
Se diseñaron una variedad de experimentos para establecer esto. Los investigadores diseñaron una caja de rompecabezas de dos opciones que se podía abrir presionando una pestaña roja en el sentido de las agujas del reloj o una pestaña azul en el sentido contrario a las agujas del reloj para revelar una recompensa de solución de sacarosa al 50%.
Las abejas ‘demostradoras’ fueron entrenadas para usar las pestañas rojas o azules, con las abejas ‘observadoras’ observando. Cuando fue el turno de los observadores de resolver el acertijo, ellos eligieron abrumadora y repetidamente usar el mismo método que habían visto, incluso después de descubrir la opción alternativa. Esta preferencia por la opción enseñada fue mantenida por colonias enteras de abejas, con un promedio de 98,6% de aperturas de cajas realizadas por el método enseñado.
La importancia del aprendizaje social para la adquisición de soluciones de rompecabezas también fue ilustrada por el grupo de control, que no tenía un demostrador. En este grupo, algunas abejas pudieron abrir las cajas del rompecabezas, pero lo hicieron muchas menos veces que aquellas que se beneficiaron de ver a otra abeja hacerlo primero. El número promedio de cajas abiertas en un día por las abejas observadoras con un demostrador fue de 28 cajas por día, mientras que fue solo 1 para la colonia de control.
En un experimento adicional, los investigadores colocaron a los manifestantes ‘azules’ y ‘rojos’ en las mismas poblaciones de abejas. En la primera población, el 97,3% de las 263 incidencias de apertura de casos por observadores en el día 12 utilizaron el método rojo. En la segunda población, los observadores prefirieron el método azul al método rojo todos los días menos uno. En ambos casos, demostró cómo puede surgir un sesgo de comportamiento en una población en primer lugar, principalmente debido a que las abejas experimentadas se retiran de la búsqueda de alimento y surgen nuevos aprendices, en lugar de que las abejas cambien su comportamiento preferido.
Una abeja abre una caja de rompecabezas presionando la pestaña roja para girar la tapa de la caja en el sentido de las agujas del reloj. Crédito: Bridges AD et al., 2023, PLOS Biology
Se utilizaron resultados similares de experimentos similares en[{» attribute=»»>species such as primates and birds to suggest that they, like humans, are capable of culture. If bumblebees are capable of this, too, this could potentially explain the evolutionary origin of many of the complex behaviors seen among social insects. It might be possible that what now appears instinctive could have been socially learned, at least originally.
Dr. Alice Bridges, the lead author from Queen Mary University of London, said: “Bumblebees – and, indeed, invertebrates in general – aren’t known to show culture-like phenomena in the wild. However, in our experiments, we saw the spread and maintenance of a behavioral “trend” in groups of bumblebees – similar to what has been seen in primates and birds. The behavioral repertoires of social insects like these bumblebees are some of the most intricate on the planet, yet most of this is still thought to be instinctive. Our research suggests that social learning may have had a greater influence on the evolution of this behavior than previously imagined.”
Professor Lars Chittka, Professor of Sensory and Behavioural Ecology at Queen Mary University of London and author of the book ‘The Mind of a Bee’, said: “The fact that bees can watch and learn, and then make a habit of that behavior, adds to the ever-growing body of evidence that they are far smarter creatures than a lot of people give them credit for.
“We tend to overlook the “alien civilizations” formed by bees, ants, and wasps on our planet – because they are small-bodied and their societies and architectural constructions seem governed by instinct at first glance. Our research shows, however, that new innovations can spread like social media memes through insect colonies, indicating that they can respond to wholly new environmental challenges much faster than by evolutionary changes, which would take many generations to manifest.”
Reference: “Bumblebees acquire alternative puzzle-box solutions via social learning” by Alice D. Bridges, HaDi MaBouDi, Olga Procenko, Charlotte Lockwood, Yaseen Mohammed, Amelia Kowalewska, José Eric Romero González, Joseph L. Woodgate and Lars Chittka, 7 March 2023, PLOS Biology.
DOI: 10.1371/journal.pbio.3002019