La normativa que prohíbe o condiciona el ingreso de personas mayores a los establecimientos comerciales, considerándolas un grupo vulnerable a la Covid-19, navegando por una delgada línea entre la atención médica y la discriminación.
Si bien estas medidas se han aplicado con la intención de proteger a la sociedad, podrían provocar un trato desigual y afectar el estado de ánimo de los adultos mayores, los consideran especialistas en el cuidado y cuidado de esta población.
«Tenemos que empezar a hacer una diferenciación porque a veces estamos cayendo en temas de discriminación», dice la gerontóloga Bárbara Diego, fundadora y directora de Gericare, empresa especializada en atención a personas mayores. Entiendo que siempre es por una buena intención, es por cuidarlos pero a veces, sin querer, cuidar de más viene a violar derechos.
Durante los últimos meses, algunos supermercados, grandes almacenes, establecimientos y parques han negado la entrada a personas mayores de 60 años, edad a partir de la cual un adulto se considera senior.
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Uno de los principales aspectos a considerar en estas restricciones, señala Diego, es que esta población comprende un rango de edad muy amplio, por lo que no todos los individuos tienen la misma condición de vida o estado de salud.
Imagínense una persona de 60 (años), sana, activa, que está trabajando, que hace ejercicio «, indica». Los está poniendo en el mismo grupo que el mejor de una persona de 90 (años) que es totalmente dependiente, que tal vez tenga un deterioro cognitivo. «
Si a los adultos mayores se les niega el acceso por ser vulnerables, destaca, hay un trato desigual porque hay menores a los que no se les niega la entrada a pesar de padecer enfermedades que también los hacen de alto riesgo.
A pesar de que existen comercios que no tienen restricciones para los adultos mayores o que han establecido horarios preferenciales para esta población, otros negocios han condicionado su entrada, exigiéndoles que vayan acompañados de otra persona.
“Estamos diciendo que esta persona, aunque tenga 60 años y trabaje, no tendrá la capacidad mental para seguir las precauciones”, dice Diego, “o está sugiriendo que todas las personas mayores tienen deterioro cognitivo y luego no sabrán qué hacer».
Lo ideal, considera, sería tener en cuenta la opinión de las personas mayores para realizar un análisis detallado de la situación y repensar las restricciones.
Golpe al estado de ánimo
Hay personas mayores que han enfrentado las restricciones de la pandemia sin inconvenientes, porque están convencidas de que el propósito es protegerlas, pero a otros adultos la situación ha impactado en su salud emocional.
(Lo sé) una persona de 94 años que está extremadamente deprimida «, dice el gerontólogo Diego», dice ‘al menos puedes ir al supermercado, ni me dejan entrar’, por eso se sienten discriminados, aislados . «
«Están surgiendo muchos problemas de salud mental que estaban en juego».
Como directora del Silver Club, un espacio que promueve una vida saludable en las personas mayores, Gabriela Montemayor ha notado un aumento en los casos de depresión en personas que gozan de buena salud física y mental.
“Me han dicho que se sienten mal por salir (de la casa) porque el resto de la gente los refuerza constantemente: ‘eres vulnerable’, ‘deberías estar en casa’, ‘no tienes a nadie que te ayude ( compras)? «, dice el psicogeriatra.
“Hay gente que realmente no tiene a quien pedir para ir al supermercado o para hacer un pago y lo único que les ha provocado es asustarlos y bajar todo el tema de ánimo”.
Aunque entienden que salir de casa es arriesgado, dice Montemayor, la incertidumbre les afecta porque sienten que ya tienen una edad avanzada y serán los últimos en volver a lo que era su vida diaria.
Creo que voy a morir en el encierro ”, le dijo al especialista una mujer de 90 años. No solo pasará mucho tiempo antes de que esto termine, también seré el último que dejarán salir. «
En este momento, también han notado un impacto en la salud física y cognitiva de las personas, destaca Montemayor, derivado de la disminución de actividades que activaban su cuerpo y estimulaban su cerebro, como ir al supermercado o al banco.
Mantener enlaces
La realidad es que estas restricciones continuarán y serán más duras para las personas mayores, dice el director de Gericare, por lo que debemos buscar la manera de que esta población mantenga a distancia sus lazos sociales.
Una cosa es el aislamiento físico y otra el aislamiento social ”, enfatiza.
Entre las recomendaciones, se aconseja enseñar a los adultos mayores a utilizar herramientas tecnológicas para que puedan permanecer en contacto a través de internet y no dejar de ser conscientes de ellos a través de llamadas telefónicas.
Cómo afrontar el encierro
Piensa positivo. Ver la situación desde una perspectiva diferente ayuda a afrontar la situación con más optimismo.
Dosificando la información. Evite consumir noticias relacionadas con la pandemia todo el día, ya que puede generar ansiedad.
Apuesta por la salud. Asumir la responsabilidad y buscar mejorar los hábitos para lograr un estilo de vida saludable.
Levanta tu mano. Pida el apoyo de un familiar o profesional si se siente mal o necesita ayuda.
Cómo apoyarlos
No los olvides. Esté atento a los adultos mayores a través de diferentes medios, como llamadas telefónicas.
Enséñeles a usar la tecnología. Proporcióneles una tableta, computadora o teléfono celular y ayúdelos a usarlos para que puedan socializar en línea.
Comparta noticias positivas sobre Covid-19. Recuerda que hay adultos mayores que superan la enfermedad sin complicaciones.
Promueve una rutina saludable. Procure que mantengan horarios establecidos para la alimentación, el sueño, el ejercicio, el entretenimiento y las actividades cognitivas.
Estar pendiente. Busque apoyo profesional ante señales de alarma como hábitos de sueño alterados o apetito y desorientación en el tiempo y el espacio.
Fuentes: Bárbara Diego, gerontóloga y directora de Gericare, y Gabriela Montemayor, psicogeriatra y directora de Silver Club.