La desafiante expedición de Eva E. Guadalupe Rivera al volcán Acatenango
En un atrevido viaje que promete un encuentro con un cráter volcánico y un paseo entre árboles pintorescos, Eva E. Guadalupe Rivera relata su desafiante expedición al volcán Acatenango, en Guatemala. Inactivo desde 1972, Acatenango, famoso por ser el tercer volcán más alto de Centroamérica, es una importante atracción turística en Guatemala.
Probando la resistencia física
La subida al volcán es una prueba de resistencia, atravesando plantaciones, un bosque nuboso y un bosque alpino, hasta llegar a un punto donde las nubes están debajo. Para Rivera, la expedición fue una prueba de resistencia física y mental, un enfrentamiento con los elementos naturales en su forma más cruda. El viaje, aunque agotador, ofrece vistas y experiencias inigualables que hacen que cada paso valga la pena.
Un espectáculo de la naturaleza
Rivera describe la naturaleza impresionante, incluida la actividad del cercano y activo Volcán de Fuego, que ofrece un espectáculo de cenizas y relámpagos por la noche. Mientras ascendía a Acatenango, fue testigo del desarrollo de la noche, un espectáculo que ella describe como aterrador y hermoso, que le recuerda las poderosas fuerzas que dan forma a nuestra tierra.
Un amanecer inolvidable
La expedición culmina con un impresionante amanecer en la cumbre, lo que marca su primer viaje en solitario y su primera visita a Guatemala. La visión del sol naciente, pintando el cielo de tonos naranja y rosa, visto desde tan alta altura, fue una recompensa que valió el arduo viaje. Fue un momento de triunfo y reflexión para Rivera, un testimonio de su coraje y determinación.
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