La Casa Blanca busca crear medios legales para que los migrantes centroamericanos lleguen a Estados Unidos, dijo el martes el enviado especial del presidente Joe Biden, Ricardo Zúñiga, en medio de un fuerte aumento en los cruces ilegales en los últimos meses.

Zuñiga, enviado de Biden a los países del llamado Triángulo del Norte en Centroamérica, dijo en una visita a Guatemala que la Casa Blanca buscaba ofrecer protección a los migrantes en medio de la campaña de Biden para remodelar la política fronteriza de Estados Unidos.

Un salto en la inmigración de los tres países del Triángulo Norte: Guatemala, Honduras y El Salvador representó uno de los mayores desafíos políticos para el nuevo gobierno de Biden.

Al día siguiente de reunirse con el presidente guatemalteco Alejandro Giammattei, Zúñiga se reunió con la mayoría de los ministros de alto rango de su gobierno para discutir cómo mejorar la seguridad, así como las condiciones económicas y sociales que llevan a los guatemaltecos a migrar.

«También estamos aquí para hablar sobre la necesidad y los esfuerzos de la Casa Blanca para crear medios legales para la migración, para que la gente no tenga que utilizar rutas irregulares y peligrosas», dijo Zúñiga en rueda de prensa.

«También queremos asegurarnos de que haya formas y medios de acceder a la protección para las personas que necesitan esa protección», agregó.

Los asesinatos y secuestros de migrantes centroamericanos a lo largo de su traicionero viaje a Estados Unidos, especialmente en México, han generado críticas de que el gobierno de Biden y las políticas estadounidenses exponen a los migrantes a grandes riesgos.

Zúñiga también visitará El Salvador a finales de esta semana y discutió la migración «integralmente» con el canciller hondureño Lisandro Rosales el viernes pasado, según un comunicado del ministerio el lunes.

Las autoridades estadounidenses capturaron a más de 171,000 migrantes a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México en marzo, el total mensual más alto en dos décadas y la última señal del creciente desafío humanitario que enfrenta el gobierno de Biden.