Guatemala: Prisionera de conciencia Virginia Laparra detenida arbitrariamente durante un año
La exfiscal y presa de conciencia Virginia Laparra ha sido encarcelada injustamente durante un año como resultado de un caso penal infundado lleno de irregularidades que violan sus derechos humanos, así lo ha manifestado hoy Amnistía Internacional.
“Es alarmante que las autoridades guatemaltecas no hayan podido garantizar los más básicos derechos de defensa y debido proceso de Virginia Laparra. A un año de su detención, es claro que las múltiples arbitrariedades e irregularidades en el caso presentado por el Ministerio Público y el Poder Judicial se deben a la obsesión de las autoridades por sancionar a todas las personas que contribuyeron a la lucha contra la corrupción y la impunidad”, dijo Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
A un año de su detención, es claro que las múltiples arbitrariedades e irregularidades en el caso presentado por el Ministerio Público y el Poder Judicial se deben a la obsesión de las autoridades por castigar a todas las personas que contribuyeron a la lucha contra
corrupción e impunidadErika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional
“Virginia Laparra debe ser liberada de manera inmediata e incondicional. Cada día en prisión pone en grave riesgo su salud y sus derechos, además de agravar el contexto de derechos humanos en el país”, agregó.
Virginia Laparra debe ser puesta en libertad de forma inmediata e incondicional. Cada día en prisión pone en grave riesgo tu salud y tus derechos, además de empeorar la situación de los derechos humanos en el país.
Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional
Virginia Laparra fue detenida el 23 de febrero de 2022 en Quetzaltenango. El 16 de diciembre de 2022, un tribunal de Ciudad de Guatemala la condenó a cuatro años de prisión por el delito de abuso continuado de autoridad. Amnistía Internacional reitera su consternación por esta condena, que se basa en el análisis del tribunal de que el entonces fiscal cometió un delito por el mero hecho de iniciar un proceso administrativo acusando a un juez de corrupción.
Además, el 19 de octubre de 2022, mientras se encontraba en prisión preventiva por este primer caso, se emitió una nueva orden de captura contra la exfiscal relacionada con otra denuncia penal interpuesta por el mismo juez que Laparra había acusado anteriormente y que generó nuevas acciones penales. procesado en Quetzaltenango. Amnistía Internacional observa con preocupación que las autoridades han tolerado el uso de litigios vejatorios, obligando a Virginia Laparra a defenderse simultáneamente en dos procesos paralelos iniciados por la misma persona por los mismos hechos. Además, la organización recibió información sobre ataques misóginos contra Virginia Laparra y su equipo legal durante las audiencias y el receso y que estos ataques fueron perdonados repetidamente por las autoridades en ambos casos.
Además, Amnistía Internacional descubrió que, tras su detención el 23 de febrero del año pasado, las autoridades no obtuvieron su primera declaración en el plazo de 24 horas establecido por la constitución. Además, las autoridades no justificaron, según los estándares internacionales, por qué enviaron y mantuvieron a Virginia Laparra en prisión preventiva. Por el contrario, las autoridades desvirtuaron el proceso a tal punto que utilizaron las demandas interpuestas por la exfiscal como parte de su derecho de defensa, así como las declaraciones hechas por ella y su equipo legal a la prensa, para justificar la negativa su libertad condicional.
Amnistía Internacional también expresa su preocupación por otras violaciones de los derechos de Virginia Laparra en prisión, incluidas las condiciones de detención incompatibles con la dignidad humana en la prisión de Mariscal Zavala, y la falta de atención médica oportuna.
Asimismo, Amnistía Internacional considera que las limitaciones al acceso a la prensa y observadores nacionales e internacionales en la primera fase del proceso judicial en Ciudad de Guatemala el año pasado, así como la reciente declaración de confidencialidad en el caso ante el juzgado de Quetzaltenango, son sin justificación válida bajo los estándares del derecho internacional, violan el derecho de Virginia Laparra a una audiencia pública justa e independiente. Amnistía Internacional recuerda a las autoridades que las audiencias públicas mantienen la confianza de la sociedad en la justicia y forman parte del derecho a informar y recibir información.
Según la información recibida, decenas de funcionarios judiciales, defensores de derechos humanos y periodistas enfrentan procesos penales infundados, y al menos 29 funcionarios judiciales han tenido que abandonar el país en los últimos años por temor a ser objeto de procesos penales.
“Virginia Laparra es presa de conciencia detenida únicamente por su trabajo investigando casos de corrupción. Las demandas infundadas en su contra y las múltiples violaciones a sus derechos son una clara señal de que no hay un juicio justo para quienes han liderado la lucha contra la corrupción y la impunidad en Guatemala. Reiteramos nuestro llamado a las autoridades para que liberen a Virginia Laparra de manera inmediata e incondicional y pongan fin al hostigamiento y procesamiento penal infundado de funcionarios judiciales, defensores de derechos humanos y periodistas”, agregó Erika Guevara-Rosas.
Reiteramos nuestro llamado a las autoridades para que liberen de manera inmediata e incondicional a Virginia Laparra y pongan fin al hostigamiento y persecución penal infundada de funcionarios judiciales, defensores de derechos humanos y periodistas.
Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional
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