Guatemala ha declarado el estado de emergencia en El Estor, un pueblo al este de población mayoritariamente indígena en conflicto con una mina de níquel de propiedad suiza a la que acusan de contaminar su lago.
La medida fue adoptada el lunes por el gobierno, que dijo que su objetivo era «restablecer el orden y la seguridad pública» amenazados por «grupos criminales y sectores opuestos a las actividades mineras».
Válido por 15 días, el estado de emergencia restringe las aglomeraciones y la libertad de movimiento, reemplazando el llamado “estado de sitio” que expiró al cabo de un mes el lunes.
La medida fue anunciada por el presidente Alejandro Giammattei en octubre, luego de semanas de protestas y bloqueos de carreteras por parte de miembros del grupo indígena maya Q’eqchi.
Durante un mes, la comunidad de unas 100.000 personas ha estado bajo un toque de queda nocturno impuesto por 1.000 policías y soldados, mientras que el «estado de sitio» también permite detenciones sin orden judicial y protestas prohibidas.
Los pescadores de subsistencia en El Estor dicen que la mina Fenix, operada por la Guatemalan Nickel Company (CGN), una subsidiaria de Solway Investment Group, con sede en Suiza, está contaminando el lago Izabal y agotando las poblaciones de peces.
Los dueños de las minas niegan el cargo, diciendo que existen protecciones ambientales adecuadas.
Los residentes frustrados organizaron una protesta contra la mina en octubre, que fue derribada por las fuerzas de seguridad con gas lacrimógeno.
El enfrentamiento dejó a cuatro policías heridos y siguió a tres semanas de bloqueos de carreteras en el tráfico de camiones hacia la mina.
La comunidad acusa a CGN de continuar minando en Fenix, a pesar de una orden de la Corte Constitucional de 2019 de suspender las operaciones hasta que se realicen consultas con los residentes.
La compañía dijo que la orden se refería solo a las actividades de extracción de Fenix y no afectó una planta de procesamiento operada por la compañía hermana PRONICO.
El presidente de CGN, Dmitry Kudryakov, dijo recientemente a la AFP que las acusaciones de contaminación eran meras «especulaciones» de un «pequeño grupo».