Por Charlotte Hartley
Con su deslumbrante tonalidad metálica, los frutos azules del arbusto laurustinus (Viburnum tinus), una planta con flores popular en los jardines de toda Europa, son un espectáculo para la vista. Pero es lo que está debajo de la superficie lo que llamó la atención de los científicos en un nuevo estudio.
Los investigadores examinaron muestras del tejido de la fruta utilizando un microscopio electrónico para examinar su estructura interna. No encontraron pigmentos azules como es típico de otras frutas azules, como los arándanos, solo capas y capas de burbujas. Estas burbujas terminaron siendo diminutas gotas de grasa, dispuestas para reflejar la luz azul– un fenómeno conocido como «color estructural» – el equipo informa hoy en Biología actual.
Debajo de las gotas de grasa hay otra capa de pigmento rojo oscuro, que absorbe cualquier otra longitud de onda de luz e intensifica el tono de azul. El equipo verificó estos hallazgos utilizando simulaciones por computadora, lo que confirma que este tipo de estructura puede producir el tono preciso de azul que se ve en Laurustinus.
El color llamativo de los frutos de laurustinus puede significar su alto contenido de grasa para las aves. Aunque el color estructural está bien documentado en animales, incluidas las vibrantes plumas de pavo real y las delicadas alas de mariposa, rara vez se ve en las plantas. Además, esta es la primera vez que las grasas son responsables de este mecanismo. El equipo sospecha que puede estar más extendido y espera identificar este tipo de estructura en otras especies.