CIUDAD DE GUATEMALA – El presidente Bernardo Arévalo dijo el jueves que con su partido político suspendido, poco apoyo en el Congreso y un fiscal general persiguiéndolo, apelará al pueblo guatemalteco para ayudarlo a superar a la vieja guardia atrincherada y lograr el cambio que defendió en su campaña. .
“Estamos seguros de que, en el contexto actual, dependemos de la sociedad y de convencerla de que juntos empezaremos a remar”, dijo Arévalo a Associated Press en una entrevista dos semanas después. su inauguración. «No podemos depender de un sistema político donde todavía se esconden estas redes criminales y clientelistas».
Arévalo ganó la presidencia en agosto, derrotando al candidato del establishment por un cómodo margen. Es hijo de un ex presidente responsable de implementar algunas de las protecciones laborales clave de Guatemala, pero el sólido desempeño de Arévalo en un campo abarrotado aún así fue una sorpresa.
El político con Experiencia en academia y resolución de conflictos. se encendió con un mensaje de desafiar la arraigada estructura de poder del país y reanudar la lucha contra la corrupción.
El rostro de la resistencia al cambio es la fiscal general Consuelo Porras. Sancionada por el gobierno de Estados Unidos por supuestamente socavar la democracia de Guatemala, Porras ha utilizado la autonomía de su gabinete para perseguir a Arévalo y su partido desde que ganó un lugar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del año pasado.
Arévalo quiere que ella se vaya, pero ella hasta ahora se ha negado a ir.
El presidente dijo el jueves que en la oficina de Porras “es donde el mal sistema sigue anclado y estamos buscando las vías legales para resolver esto”.
Su mandato se extiende hasta 2026.
“No estamos seguros si terminará su mandato porque hay acciones en el Congreso y acciones legales”, dijo Arévalo. “Lo que nos interesa es que la Fiscalía General de la República deje de actuar contra la ley y contra las instituciones democráticas del Estado”.
Porras negó que las investigaciones de su oficina sobre la forma en que se recolectaron firmas para el registro del partido Movimiento Semente de Arévalo y sobre la forma en que los funcionarios electorales manejaron las elecciones, entre otras, tuvieran motivaciones políticas. oh Organización de Estados Americanos argumentó lo contrario.
Semana pasada, ella rechazó una cita con Arévaloen cambio, publicó un video en el que afirmó la autonomía de su cargo y dijo que no renunciaría.
Un portavoz de su despacho, Juan Luis Pantaleón, dijo el jueves que no estaba al tanto de los comentarios de Arévalo, pero que el despacho de Porras siempre ha actuado conforme a derecho. Dijo que descartar las investigaciones por tener motivaciones políticas sin ver las pruebas fue un error. La evidencia recopilada en los casos no se ha compartido públicamente.
Pantaleón dijo que Porras invitó a Arévalo a una reunión interinstitucional la próxima semana.
Con apenas unos días en el poder, Arévalo dijo que era evidente el nivel de corrupción que existía.
“Hay ministerios donde basta con abrir un cajón y te salta (la corrupción), porque era tanta la soberbia sobre la impunidad que ni siquiera intentaron ocultarla”, afirmó.
Pero pregunta: “¿A quién llevaría las quejas, a una entidad en la que no se confía?”.
Este es un problema para la relación de Guatemala con Estados Unidos, una de las potencias extranjeras que ha mantenido la presión sobre la administración saliente para asegurar una transición sin problemas. A cambio, dijo, el gobierno estadounidense quiere un socio en el que pueda confiar.
“Si su preocupación es el narcotráfico y el crimen organizado transnacional, no pueden confiar en un gobierno corrupto, ni en los partidos políticos que eligen diputados y alcaldes narcotraficantes”, afirmó Arévalo.
Respecto a las preocupaciones de Estados Unidos sobre la inmigración, Arévalo dijo que la solución es el desarrollo de Guatemala. “Si la llegada de inmigrantes indocumentados es un problema para ellos, el desarrollo del país es parte de la respuesta que necesitan y eso es precisamente lo que queremos que suceda”, afirmó.
Sin embargo, Arévalo reconoce que los guatemaltecos que ya viven en Estados Unidos son una importante fuente de ingresos –mayor que las exportaciones o el turismo– a través de las remesas que envían a casa. A cambio, deberían tener algún tipo de representación política, dijo, sugiriendo que se establezca un distrito en el extranjero a través del cual podrían elegir representación en el Congreso en Guatemala.
Hablando en el despacho presidencial revestido de madera, Arévalo dijo que en su toma de posesión su madre, Margarita de León, de 98 años, le dio un consejo: “Ahora usted es presidente, respete la memoria de su padre y que Dios lo ilumine”.
El padre de Arévalo, Juan José Arévalo Bermejo, fue presidente entre 1945 y 1951, marcando el comienzo de lo que se conoció como la “primavera” de Guatemala. Posteriormente se exilió en Uruguay, donde nació el joven Arévalo.
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