Me interesó mucho el artículo del Courier del 14 de enero sobre la relación actual entre los miembros del Club Rotario Chemainus y la comunidad maya de San Antonio Palopó, Guatemala.

Sé algo sobre la realidad de Centroamérica, ya que he viajado a Honduras varias veces desde 2013 para “acompañar”, estar allí para apoyar a otros.

Podemos centrarnos en el buen trabajo realizado por los visitantes de Rotary y el esfuerzo por empoderar a los residentes para que mejoren sus condiciones de vida con iniciativas como el “proyecto pollo”. El programa de nutrición infantil producirá dividendos por el resto de sus vidas, permitiendo que estos niños crezcan y se conviertan en ciudadanos sanos.

De gran importancia es lo que se trae de regreso a Columbia Británica y Canadá. A través del Post, más personas ahora pueden aprender sobre este pequeño país de Guatemala, que ha sufrido tantas dificultades, incluida una guerra de genocidio contra las comunidades indígenas pobres. Durante las dictaduras militares de la década de 1980, 626 pueblos fueron destruidos y hasta 200.000 personas murieron o desaparecieron.

Desafortunadamente, algunas empresas registradas en Canadá lo han hecho más difícil para los guatemaltecos. Los rotarios de Chemainus pueden ayudar con su trabajo y visitas para difundir la historia de Guatemala, no un país pobre, sino un país que se ha vuelto pobre.

San Antonio Palopó es solo un pueblo, pero aquí es donde comienza el cambio, a nivel local. Se puede hacer y se hará más porque existe una relación entre Chemainus y Guatemala impulsada por el buen trabajo y el compromiso de los rotarios.

Phil Little,

Saltair

GuatemalaRotary

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