La diversidad se convirtió en un tema clave durante el semestre de primavera de 2022 de la Universidad John Brown, con eventos de Charles Person, un Freedom Rider que llegó al campus y el Simposio de Diversidad, que incluyó el Festival Internacional de Comida. El festival acogió a alrededor de 12 países dentro del Simmons Great Hall, mientras una banda de mariachis tocaba a todo volumen. A pesar del clima desgarrador de esa semana, la sala estaba llena de gente, codo con codo, haciendo fila para probar la increíble comida preparada por los colegas. Cada invitado recibió dos boletos azules, lo que les permitió dos porciones de comida a menos que decidieran comprar más boletos para más comida.
La comida no es solo para mantener la vida; es también una de las grandes alegrías y experiencias de la vida. El olfato y el gusto pueden abrir una ventana a un mundo totalmente diferente, que es parte del atractivo del Festival Internacional de Gastronomía. Los estudiantes comparten una experiencia que puede ser difícil de replicar en la pequeña Siloam Springs, Arkansas. Nazaria Bol Caal, una estudiante internacional de Guatemala que participa en las festividades, describió el festival como “una actividad en la que podemos presentar nuestra identidad a los demás. A veces en nuestra vida diaria vemos a los demás como estudiantes, pero en actividades como esta vemos toda su belleza e identidad”. La noche del Festival Internacional de Gastronomía terminó con baile y más música, otra forma de unión comunitaria con todos los sentidos en uso: vista, oído, tacto, olfato y gusto.
No es ningún secreto que ser un estudiante internacional viene con un conjunto único de desafíos en JBU. Aunque JBU tiene una gran población de estudiantes internacionales, alrededor de una quinta parte, aún puede sentirse aislado y lejos de casa. Kevin Hernandez-Chávez, un vendedor en el stand de El Salvador, dijo: «Es muy divertido compartir algo de su cultura y probar un poco de su país de origen». Eventos como este en JBU tienen como objetivo reunir a todos los estudiantes, así como al cuerpo de Cristo que es tan diverso como las poblaciones del mundo.
Especialmente con los acontecimientos actuales en Ucrania y Rusia, ahora más que nunca parece importante recordarnos a la humanidad unos a otros. La comida, aunque aparentemente simple, puede ser un hermoso puente hacia las experiencias humanas, ¡y también sabrosa! Si bien la comida no resolverá los problemas del mundo, quizás estos pequeños actos de compartir pueden conducir a mayores actos de comprensión y recepción del pan vivo de Jesús.
Foto cortesía de Katelyn Kingcade