El programa de visas H2-B cuenta con apoyo bipartidista en el Congreso y con empresas de todo el país. Se utiliza para cubrir puestos de trabajo en áreas como jardinería, construcción, hoteles y restaurantes, así como en plantas procesadoras de mariscos y carnes y parques de atracciones.

El año pasado, el presidente Donald Trump autorizó 35.000 visas H-2B adicionales por encima del límite anual. Pero tres meses después, suspendió el programa junto con otros programas de trabajadores extranjeros bajo una orden ejecutiva integral. Biden dejó que la orden expirara.

Los empleadores deben certificar que es probable que sufran un «daño irreparable» si no reciben trabajadores a través del programa.

Al anunciar el aumento anual suplementario de este año, el DHS dijo que reservaría 6.000 visas para personas en los países del Triángulo Norte de Honduras, El Salvador y Guatemala. Los centroamericanos, que luchan contra la pandemia después de dos huracanes y problemas anteriores, constituyen la mayor parte del creciente número de migrantes que buscan ingresar a Estados Unidos desde la frontera suroeste.

El secretario del DHS, Alejandro Mayorkas, dijo que las visas reflejan el objetivo del gobierno de “expandir las vías legales de oportunidades en los Estados Unidos” para las personas en los países del Triángulo Norte.