Cuando el exdiplomático Bernardo Arévalo obtuvo una inesperada victoria aplastante en las elecciones presidenciales de Guatemala de agosto de 2023, su toma de posesión estaba lejos de ser segura.
Arévalo enfrentó múltiples desafíos legales por parte de sus opositores y llegó al poder en gran parte gracias a manifestantes indígenas que acamparon frente a la oficina del fiscal general del país para denunciar acusaciones no probadas de fraude contra su partido y presionar para que se respetaran los resultados de las elecciones.
Los partidarios de Arévalo organizaron protestas callejeras masivas que duraron un mes en el corazón de Ciudad de Guatemala, la capital. Atrás Cerraduras, Prometieron no moverse hasta que se celebrara adecuadamente su toma de posesión en enero de 2024.
Después de asumir el cargo, el Sr. Arévalo destacó en su discurso de toma de posesión agradecer a los movimientos indígenas, citando Los “106 días de resistencia”, dijo, lo ayudaron a “rescatar un gobierno elegido democráticamente”.
A cambio de apoyo, el nuevo presidente prometió promover el desarrollo de las comunidades indígenas, que representan 44 por ciento de los 15 millones de habitantes del país. Describió su ascenso al poder como una “primavera guatemalteca” para ciudadanos alguna vez olvidados.
Sin embargo, seis meses después…