Las autoridades guatemaltecas dicen que los aldeanos que tomaban antivacunas incautaron y retuvieron a un equipo de enfermeras que intentaban administrar las vacunas contra el coronavirus.
El equipo estuvo retenido durante unas siete horas en la vereda Nahuila, en la provincia de Alta Verapaz, al norte de la Ciudad de Guatemala.
Los residentes dijeron que no querían los disparos y luego bloquearon una carretera y dejaron escapar el aire de los neumáticos de las enfermeras. Se destruyeron un frigorífico y unas 50 dosis de vacuna.
Posteriormente, la policía y las autoridades locales negociaron su liberación.
Los funcionarios dijeron que ya se habían encontrado con aldeas que habían rechazado los equipos de vacunación, pero Gabriel Sandoval, director del departamento de salud de la provincia, dijo que era la primera vez que se enfrentaban a tal oposición física.
“Otras comunidades se han negado, pero lo que suelen hacer es escribir papeles diciendo que les íbamos a ofrecer para vacunarlos, y ellos son los responsables de negarse”, dijo Sandoval.
«Esto estaba a punto de suceder», dijo, y señaló la cantidad de información falsa que circula sobre las vacunas.
“Mucha gente no cree en la enfermedad”, dijo Sandoval. «Hay un choque de culturas».
Guatemala ha visto 566,636 casos confirmados de coronavirus y 13,750 muertes por COVID-19.