Principales resultados de un Laboratorio de Vivienda que explora el impacto económico de las remesas de los migrantes para abordar la crisis de la vivienda.
Migración y ciudades en Guatemala: el potencial de las remesas para vivienda
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La dinámica de la migración en Guatemala es compleja. Incluyen el desplazamiento interno, la migración transitoria desde otros países centroamericanos y la emigración internacional, principalmente a Estados Unidos y México. En los últimos años, los migrantes que regresan de México y Estados Unidos también han aumentado la presión sobre la sobrecargada infraestructura, servicios y oferta de vivienda de las ciudades. Mientras tanto, el país enfrenta un gran déficit de vivienda que no puede resolverse con las políticas y programas actuales. Al mismo tiempo, las remesas de la migración internacional, que representan casi el 14 por ciento del PIB del país, tienen un impacto crucial tanto en la situación macroeconómica como en los ingresos familiares.
En este contexto y en el marco del Programa Ciudades y Migración de la Alianza de Ciudades, se organizaron una serie de dos Laboratorios de Vivienda (LAV) para explorar la relación entre la dinámica de la migración, el papel de las ciudades en la promoción de la integración del migrante población, el potencial económico de las remesas, así como la vivienda y el desarrollo urbano.
Este informe, elaborado por Francesco di Villarosa, destaca los principales resultados del primer evento, organizado el 27 de agosto de 2020, centrado en el potencial económico de las remesas para el financiamiento de vivienda en Guatemala.
Dos tendencias han llevado a la importancia del nexo entre remesas y vivienda: la mayoría de las familias guatemaltecas dependen de las remesas de familiares migrados. Sin embargo, la creciente migración interna a la capital ha ejercido presión sobre la infraestructura local. Por ejemplo, el déficit estructural de viviendas formales provoca un aumento de los asentamientos informales que a menudo se construyen mediante remesas no registradas. Además, las casas construidas de manera informal rara vez pueden percibirse como una ventaja debido a su ubicación, que a menudo está expuesta a riesgos y privada de servicios básicos.
Dado el considerable impacto en la economía nacional, LAV discutió cómo las remesas pueden apoyar tanto a los municipios como a los beneficiarios. El panel concluyó que la adquisición coordinada de datos y los instrumentos de políticas bien adaptados permitirían a los hogares transformar las remesas en ahorros. Como resultado, las personas experimentan oportunidades de inversión más sostenibles, mientras que los tomadores de decisiones pueden mejorar el diseño urbano reflexivo y eficiente que responda a las necesidades de las personas e impulse la economía local.
El déficit estructural de viviendas formales provoca un aumento de los asentamientos informales que a menudo se construyen mediante remesas no registradas.
Para resolver la falta de datos, se sugirió la creación de un Observatorio de Remesas para institucionalizar y monitorear el flujo de remesas. Al vincular fuentes administrativas y datos externos sobre migrantes guatemaltecos, se crea información que promueve incentivos tanto en el sector público como en el privado. Además, Los programas educativos dirigidos a remitentes y receptores de remesas pueden potenciar y mejorar la credibilidad de los residentes a medio plazo; Las cooperativas de crédito bien establecidas pueden contribuir a la credibilidad de sus miembros.
El debate también planteó uno de los temas fundamentales que afectan las políticas de vivienda en la región: la desconexión con la ciudad, los servicios y la infraestructura, por lo que se necesita capacidad y voluntad política a nivel local para posibilitar procesos integrales de planificación urbana, y que las ciudades y los ciudadanos asuman en un papel protagonista. En conclusión, las remesas formales no sólo permitirían inversiones más fructíferas sino que también salvaguardarían los medios de vida. También apoyan la capacidad del gobierno local para promover un modelo de vivienda más equilibrado entre oferta y demanda.
El evento fue coorganizado por la Alianza de Ciudades, Centro de Profesionales de Vivienda Urbana (UHPH), Fundación AVINA, Diálogo Interamericano, Consejo Nacional de Vivienda de Guatemala, Municipio de Amatitlán, Comunidad de Municipios de la Cuenca del Río Naranjo y Propuesta Urbana
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