Cada vez que abrimos una botella de agua y bebemos, nuestro cuerpo se hidrata, nuestras pupilas se dilatan y la vida se hace posible. La vida en la Tierra depende del agua como ingrediente principal. Nosotros mismos somos un 70% agua. Pero, ¿siempre ha habido agua en nuestro planeta?
La realidad es que el agua no siempre ha estado presente en la Tierra, y siempre hemos buscado la verdad detrás de su aparición en nuestro planeta. Ahora, siglos después de que empezáramos a buscar respuestas, parece que hemos descubierto su origen..
Diminutos cristales de sal de una muestra tomada de la el asteroide Itokawa de la misión Hayabusa en 2005, que llegó a la Tierra en 2010, solo pudo formarse en presencia de agua líquida.
Aún más intrigante, según el equipo de investigación del Laboratorio Lunar y Planetario (LPL) de la Universidad de Arizona, es el hecho de que la muestra provino de un asteroide de tipo S, una categoría conocida por carecer en su mayoría de minerales hidratados.
La tierra tiene agua gracias a los asteroides
El descubrimiento sugiere que la gran población de asteroides que atraviesan el sistema solar puede no estar tan seca como se pensaba anteriormente.
El estudio es el primero en demostrar que los cristales de sal se originaron dentro del cuerpo principal del asteroide., descartando la posibilidad de que se hayan formado por contaminación después de que la muestra llegara a la Tierra. Esto aborda un problema que ha afectado a estudios anteriores que encontraron cloruro de sodio en meteoritos de origen similar.
«Los granos se ven exactamente como los que verías si tomaras sal de mesa en casa y la pusieras bajo un microscopio electrónico», dijo en un comunicado Tom Zega, autor principal del estudio y profesor de ciencias planetarias en LPL.
Según Zega, las muestras representan un tipo de roca extraterrestre conocida como condrita común. Derivado de los llamados asteroides tipo S como Itokawa, este tipo representa aproximadamente el 87% de los meteoritos. recogidos en la Tierra.
La muestra utilizada en el estudio es una pequeña mota de polvo que mide unos 150 micrómetros.o aproximadamente el doble del diámetro de un cabello humano, del cual el equipo cortó una pequeña sección de unos 5 micrómetros de ancho, lo suficientemente grande como para cubrir una sola célula de levadura, para su análisis.
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