Las modernizaciones energéticamente eficientes pueden reducir en gran medida las emisiones
Tomemos la vivienda urbana, por ejemplo. Los edificios residenciales representan casi las tres cuartas partes del uso global de energía de los edificios. Como dos tercios de los edificios en pie todavía existirán en 2050, incluso pequeñas inversiones en modernizaciones de eficiencia energética podrían reducir los costos de energía en miles de millones de dólares y reducir significativamente las emisiones. Una ventaja es que los esfuerzos de construcción y renovación ecológicas podrían crear 25 millones de nuevos puestos de trabajo en todo el mundo para 2030. El Programa Mundial de Vivienda Resiliente del Banco Mundial fomenta mejoras en el parque mundial de viviendas para fortalecer su resiliencia a los desastres. En Guatemala, los edificios en riesgo de colapsar en un terremoto se han identificado y mapeado a través del programa, y en Indonesia, el programa está apoyando al gobierno para desarrollar la resiliencia en su iniciativa de subsidio para mejoras en el hogar.
Empleos creados por la plantación de árboles en Sierra Leona
Las soluciones basadas en la naturaleza son otra forma rentable y eficiente de lograr un impacto duradero y tangible en el clima en los entornos urbanos. Por ejemplo, un programa de plantación de árboles financiado por el Banco Mundial en Freetown, Sierra Leona creó 500 puestos de trabajo durante la pandemia. Y en Seychelles, el Banco Mundial está apoyando la planificación de la gestión costera, integrando soluciones de infraestructura gris y basadas en la naturaleza, y explorando la viabilidad de las inversiones en la gestión de los arrecifes de coral y los arrecifes artificiales para la protección costera.
El Banco Mundial también continúa asociándose con organizaciones para brindar a las ciudades y los gobiernos locales apoyo técnico, aprendizaje en profundidad y oportunidades para compartir conocimientos. Estas asociaciones, apoyadas por Gap Fund, City Resilience Program y otras iniciativas, son una clara indicación de que la acción conjunta y colaborativa es clave para enfrentar el desafío climático. El sector privado, los gobiernos nacionales y locales, las redes de ciudades y las instituciones internacionales deben trabajar juntos para que esto suceda.
Invertir con cuidado en infraestructura urbana puede garantizar una recuperación inclusiva, resiliente y con bajas emisiones de carbono de la pandemia. Significará un entorno urbano más verde y amigable, y contribuirá a mejorar la vida y la salud de las personas, y de las ciudades que albergarán cada vez más a la mayoría de la población de este planeta.
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